El mes de octubre se acerca amenazante como una ola gigante dispuesta a tragarme .
Estoy en manos de dios, del destino, las estrellas y los buenos oficios de gente amiga.
El se comporta como un león.
El miedo lo llevo adherido en cada poro de la piel, está asfixiando mi garganta. No debo pensar, no debo pensar.
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