Arranco de cuajo mi alma débil, coloco en su lugar el corazón guerrero que bebe sangre.
Calzo mis botas con espuelas, ensillo el caballo y busco a mi enemigo.
La batalla es mía de antemano, solo mi porte , asusta, mis ojos echan chispas,
mis armas brillan al sol.
Es hora que pagues por tu cobardía, hombre, infeliz entre los infelices.
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