¿ Y cómo sobrevuelo el incendio
las chimeneas humeantes de alquitrán
el hollín en mi cabellera?
Con alas poderosas de águila cazadora.
Orillarme como una gata asustada
como tú pretendes, amiga mía,
es evitar remontar el vuelo hacia el sol.
Tras el incendio feroz,
respiro, leves suspiros
pero mi aliento cerca la tierra.
Jamás sientas lástimas por mi.
Prefiero morir en la dignidad
de la tormenta de fuego,
que aguardar mansa el tiempo.
Sé que en rumbé hacia el cielo
agitando leve las frágiles alas
de canario , torné en
vigorosa ave que besa el sol.
muchas veces.
Seré reina, gobernadora
de mis ideas,
de cada sueño del alma.
como lo soy siempre
Poca cosa es sanar heridas
cuando se conoce el punto del sol
y las profundidades insoldables
del infierno.
Sus llagas eternas.
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