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viernes, 2 de septiembre de 2016

Si bien Mirtha nació con todas las carencias  y aprendió a domar desde la más pequeña hasta el cuidado de su hija, ella tiene tiempo  para dedicarme  una sonrisa entre coqueta y burlona.
Debe darse cuenta de mi inútil transitar por el nuevo mundo, al que amo pero es duro de afrontar.
Ella en cambio, se ocupa de sus hermanos, cocina, ve a su hija, hace las compras y tiene tiempo para enseñarme a colocar los paneles de eternit que conseguí en las afueras de la fábrica.
Yo destaqué desde el colegio en letras y en la universidad estudiaba esa materia con la idea de ser poeta , escritor. 
Cuando descubrí mi vocación por los mundos perdidos , olvidados de los otros seres, tan parecidos a mi, dejé todo y vine a vivir a este poblado. Ahora me encuentro en el terrible dilema de no saber enamorar a una chica, que parece saberlo todo. Se reirá si le hablo de libros o le cuento de la vida de mis escritores favoritos . Creo que la invitaré a pasear a la laguna secreta. Y quien sabe, acaso terminemos bañando ligeros de ropas.

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