Son días como hoy,
cuando a las horas les crecen garfios,
y éstos rasgan la delicada piel
que envuelve mis músculos y el alma.
Son días como hoy,
cuando no hay abrigo que caliente
mi cuerpo magro,
ni esperanza posible
al final de ningún camino.
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jueves, 10 de septiembre de 2015
martes, 8 de septiembre de 2015
domingo, 6 de septiembre de 2015
Tantas medicinas me dan aquí que pienso que ya parte de las malditas hormigas se habrán ahogado pero no. Las escucho caminar apenas se va la enfermera , sus patas veloces recorren mi pescuezo,
mi pecho, cada vez más avezadas para avanzar por mi cuerpo. Los doctores siquiatras no logran ver ninguna y más bien me dan más y más medicinas. Si no logran ver a las malditas , entonces es por gusto que yo esté internada y me den ese mar de medicinas . La verdad no sé que hacer.
mi pecho, cada vez más avezadas para avanzar por mi cuerpo. Los doctores siquiatras no logran ver ninguna y más bien me dan más y más medicinas. Si no logran ver a las malditas , entonces es por gusto que yo esté internada y me den ese mar de medicinas . La verdad no sé que hacer.
jueves, 3 de septiembre de 2015
Aquí sola y muerta de frío , me atosigan de medicinas para que ya no vea a las hormigas pero es en vano. Las siento en mi cuerpo, subiendo y bajando por mi espalda, mordiendo , picando y haciendo ronchas rojas en mi piel . Ahora ya no puedo ni siquiera echarme kerosene como hacía en en casa, me tienen medio dormida casi todo el día y me llevan de un médico a otro en silla de ruedas. Yo , no te lo negaré me siento de lo más importante, pero el problema me sigue acosando noche y día.
Una doctora dice que es una culpa que guardo de cuando niña, otro doctor me mira , no dice nada , no pregunta y cuando quiero contarle , me cambia el tema y ordena que me retiren.
Bien raros son en este hospital , y las hormigas mientras , devoran mis pies y mis manos.
Una doctora dice que es una culpa que guardo de cuando niña, otro doctor me mira , no dice nada , no pregunta y cuando quiero contarle , me cambia el tema y ordena que me retiren.
Bien raros son en este hospital , y las hormigas mientras , devoran mis pies y mis manos.
martes, 1 de septiembre de 2015
Tal catarata de palabras atrajo a miles de hormigas a una hora poco usual para el ataque de los insectos y yo,
subiendo las empinadas escaleras de la sección farmacia del hospital público para locos,
,no soporté tanto sufrimiento y caí convulsionando, esperando así botar alguna hormiga.
Más no recuerdo.
Desperté en una cama tiesa al lado de muchas otras camas con mujeres que gritaban unas,
callaban otras y las benditas hormigas seguían subiendo por la pata de la cama.
Vino una doctora, le conté mi problema con estos insectos , me revisó los pulmones , y nuevamente receto un fármaco en un papelito blanco.
Yo casi no tengo familia,, no sé quien será mi visita ni comprará mi fármaco.
Mi marido partió hace años de viaje y aún no regresa. Ya perdí la esperanza.
Espero que mis vecinas me echen en falta. Las llamaré así les cuento mis historias que las hace matarse de risa.
subiendo las empinadas escaleras de la sección farmacia del hospital público para locos,
,no soporté tanto sufrimiento y caí convulsionando, esperando así botar alguna hormiga.
Más no recuerdo.
Desperté en una cama tiesa al lado de muchas otras camas con mujeres que gritaban unas,
callaban otras y las benditas hormigas seguían subiendo por la pata de la cama.
Vino una doctora, le conté mi problema con estos insectos , me revisó los pulmones , y nuevamente receto un fármaco en un papelito blanco.
Yo casi no tengo familia,, no sé quien será mi visita ni comprará mi fármaco.
Mi marido partió hace años de viaje y aún no regresa. Ya perdí la esperanza.
Espero que mis vecinas me echen en falta. Las llamaré así les cuento mis historias que las hace matarse de risa.
A mi no me importa ir a diario hospital por hospital hasta que un médico encuentre a las malditas hormigas.
Total, he trabajado 20 años en el estado y he pagado mi seguro justo para estos casos.
Claro, no imaginé nunca que unas hormigas, unos insectos asquerosos tomarían mi cuerpo como vivienda y yo sufriría la picazón y el asco de sentir sus patas, sus pequeñas bocas abiertas picando mi carne. Eso infecta, se lo he dicho en todos los idiomas a los médicos del Larco Herrera, que es el último hospital que he visitado. El médico me escuchó, al menos, preguntaba unas tonterías sobre mi niñez mientras yo pensaba en comprar un galón de gasolina o trementina. El escribió una receta muy serio y me manda a farmacia. Estaré yo para gastar más suelas de zapatos. Al menos, este pichiruchi todo feo me ha hecho caso, y si tomo la medicina ,
quien sabe, mate a las hormigas. Hago una larga cola bajo el sol que no hace sino desesperarme y empiezo a conversar con la vecina sobre los maltratos del sector salud. Para qué. Me toca una sindicalista, una roja pero bien roja Le faltaba aire para hablar y sus ojos se ponían chinitos y rojos de pura rabia.
Total, he trabajado 20 años en el estado y he pagado mi seguro justo para estos casos.
Claro, no imaginé nunca que unas hormigas, unos insectos asquerosos tomarían mi cuerpo como vivienda y yo sufriría la picazón y el asco de sentir sus patas, sus pequeñas bocas abiertas picando mi carne. Eso infecta, se lo he dicho en todos los idiomas a los médicos del Larco Herrera, que es el último hospital que he visitado. El médico me escuchó, al menos, preguntaba unas tonterías sobre mi niñez mientras yo pensaba en comprar un galón de gasolina o trementina. El escribió una receta muy serio y me manda a farmacia. Estaré yo para gastar más suelas de zapatos. Al menos, este pichiruchi todo feo me ha hecho caso, y si tomo la medicina ,
quien sabe, mate a las hormigas. Hago una larga cola bajo el sol que no hace sino desesperarme y empiezo a conversar con la vecina sobre los maltratos del sector salud. Para qué. Me toca una sindicalista, una roja pero bien roja Le faltaba aire para hablar y sus ojos se ponían chinitos y rojos de pura rabia.
Ya tengo roto los zapatos de tanto ir y venir, de tanto médico , de tanta consulta.
Nadie escucha mis razones, nadie ve a las horribles hormigas que torturan mi vida,
y eso que tengo ronchas rojas por su paso por mi cuerpo todas las noches.
Ni una sola he dormido completo desde que empezó este martirio.
¿ Cómo hago para que las vean chiquititas y rojas, voraces y veloces recorrer mi espalda.?
Mi pobre pecho que solía erguirse soberbio aún los años.
Hoy es el espinazo de un ave , de un gallinazo diría yo, y de mirarme lloro de pena.
Nadie escucha mis razones, nadie ve a las horribles hormigas que torturan mi vida,
y eso que tengo ronchas rojas por su paso por mi cuerpo todas las noches.
Ni una sola he dormido completo desde que empezó este martirio.
¿ Cómo hago para que las vean chiquititas y rojas, voraces y veloces recorrer mi espalda.?
Mi pobre pecho que solía erguirse soberbio aún los años.
Hoy es el espinazo de un ave , de un gallinazo diría yo, y de mirarme lloro de pena.
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