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lunes, 4 de enero de 2016

Mi larga noche terminó por motivos varios ,
ya era tiempo de reencontrarme con la luz radiante,
las aves, las flores , la aurora mágica, las fragancias.
Mi larga noche terminó 
porque a mi me dio la gana. 
Así de simple. 

Hoy retomé el control.
Sin doctora y con voluntad férrea.
No tomaré una píldora más,
pues dañan y no sanan.
Se acabó la vaina.
Se acabó.
Salgo a trotar y me fascina  perderme entre el follaje de los árboles y la espesura del bosque, antes que el sol despunte.
Es la hora maravillosa de la  aurora,  hora mágica cuando todo cobra vida.
Las aves pían, las flores abren sus pétalos y la naturaleza canta al unísono.
Creo que las almas se limpian en la aurora.
Yo vuelvo a casa más ligera , nutrida de la belleza del alba.

Yo no sé si mi noche fue oscura y larga,
si concilié el sueño con propiedad, a pesar de las píldoras que no ingerí.
Amanecí con el olor de los lirios y salté a buscar más perfumes en la espesura del bosque.
Embriagada de fragancias, vuelvo feliz a casa.
Se terminó el castigo.

domingo, 3 de enero de 2016

Me indican medicamentos para dormir por dos días.
Con o sin píldoras, no duermo nada.
Confinada en mi habitación, espero el veredicto.
Yo presento un libro en febrero, es mi argumento de defensa.
Contra esa defensa, ningún juez se negará a darme la libertad.
Corrí desesperada, pedí ayuda.
No existe lugar para mi escapatoria.
Una caverna, una gruta serán suficientes. 
Las doctora tiene el poder de los medicamentos
y va por mi.
Hace tres días anudé las olas asesinas y las sometí  por placer.
Ahora lucen mansas, inofensivas.
Alguna que otra protesta contra la roca.
Bien escondidas están en lo profundo de la caverna.
No saldrán nunca más a envolver mi cuerpo  ni  entregarme a la marea.