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domingo, 5 de julio de 2015

la esencia fue antes 

el  soplo de aliento 
de tus labios turgentes
el sexo palpitante,
ardiente
fue siempre.


la esencia , el sexo
fueron antes
fueron siempre.

la  esencia 
de la molécula 
me encandila 
al arbusto primigenio,
a su deliciosa esclavitud
desde  los  tiempos sagrados
cuando nada existía,
sino la fragancia
 y una luz diáfana
bajo un cielo celeste 

Nada más ni nada menos.

sábado, 4 de julio de 2015

Paladeo el  halo intenso de la fragancia,
mi nariz pegada al arbusto,
hecha una con la mata y las flores lilas.
Nada ni nadie  arrancará mi cuerpo del abrazo dichoso
de la floresta
de sus noches alucinadas,
los  días orates perfumados de colores.


La esencia fue antes,
 la molécula, 
y el sueño, 
el aroma 
cada poro de tu piel
en el labio trémulo,
tu sexo palpitante,
los sentidos plenos.

La esencia fue primero
Es saber o adivinar dónde
aspirar cerca a la mata
el arbusto pletórico de hojas , floripondios,
flores campanillas,
de colores lilas , blancas, 
como una abeja, un moscardón,
una libélula o cualquier insecto
laborioso ,
con los labios succionar, relamer la miel
derramada sobre la comisura de la boca
los párpados entrecerrados,
sentir así la intensidad , la plenitud
de la ebriedad del sabor de las flores.


No recuerdo, ni es importante saber
los motivos , las razones
del origen de mi pasión
 por los aromas,
como quieran llamar a esa vocación mía
por la alquimia maravillosa y 
secreta de las plantas y flores.
 Sabores a jazmines , pétalos verdes
y azahares paladeados en el pretérito anterior
cuando aún no era, ni soy,
pero d que sí guardo un atisbo de memoria,
por lo agradable , por placentero, por las risas
recorro
 los bosques  de   hojas, flores, semillas
Tumbada a la vera de un árbol ,  me hallarás,
 ebria de flores , y fragancias, 
dispuesta para  el  amor.


El aroma fue el principio
y el final
la pasión arrebatadora
la búsqueda incesante
desesperada, 
la ansiedad 
  ir en pos 
el instante 
tras ese  placer fugaz
la embriaguez plena
de los sentidos,
Aquél late, palpita, se retuerce
vive en  la mente 
el alma , la piel.
Arrebata, desespera
el corazón, la humanidad
tu osamenta. 
Clamas a Dios, al cielo
a las divinidades,
los amores nuestros
por el aroma, la fragancia, el perfume.

Las copas de los árboles 
cuando el viento las mece
es el aroma, la fragancia, el perfume.