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lunes, 9 de diciembre de 2013

Eran tus ojos ,
intensamente oscuros,
la sonrisa tímida
los que me perdían.
Hacías de mí,
tu sierva, 
un animal lascivo
 clamando
por tus caricias
esquivas, a veces.
Otras  , intensas, 
caprichoso, poeta mío.
Tu sabías bien la forma de  atacar.
De seducirme,
de doblegar mi voluntad
hasta el aullido.
Contraviniendo las normas
te amé,
éramos dos felinos,
desgarrándose,
una pantera  ,
y un carrocho,
 ronroneando,
rugiendo de gozo. 
Eras la ilusión de mi vida.
La alegría intensa,
el dolor y la herida
cruzando mi piel.
día y noche.
noche y día.
La sangre brama ,
claman las voces,
 lágrimas caen sobre el barro,
el mundo guarda  luto.
Se fue un grande .
Uno , que soportó con los dientes cerrados,
los puños apretados la injusticia.
27 años en una mísera celda.
El coraje sostenía esa alma grande,
inmolada por la igualdad entre los hombres.
A unos días de su partida,  mi garganta raspa su nombre.
Gloria a Madiba en el cielo,
que su espíritu indomable nos acompañe siempre.
 Luchemos contra los prejuicios, contra la miseria humana.
Nos legaste un mensaje de amor y valor

Adiós Madiba, tu vida sirvió para hacer del mundo un lugar mejor,
Creer en los seres humanos y  en la esperanza.
Gloria Eterna, al líder , al hombre.
Ningún barrote pudo silenciar tu mensaje de libertad .

domingo, 8 de diciembre de 2013


La pantera camina elástica en círculos.
Actuó por instinto,
 apresurada, no reflexionó,
 los felinos no piensan,
actúan cuando sienten
 el peligro rondando
sus sueños, 
la manada.
sus ojos sin luz,
el alma mordida .
Quien diría amor , quien diría.

La presa cazada resultó ser la pantera.
La trampa, infalible.
Quién diría amor, quién diría.

No hubo otra solución .
 Palpitabas aún en la piel.
Distraías mis labores de cazadora. 
Hube de lanzarte al mar,
a sus profundidades.
Quizás mañana  vuelva arrepentida,
a buscarte en las orillas de todas las playas .

O simplemente rondaré  mi casa
a pasos elásticos, incansable
rugiendo  tu pérdida.
Sepultando tu rostro.
en los pliegues hondos de la  memoria.

Quien diría amor, quién diría.




Antes de arrojar  tu cuerpo al mar,
debes conocer algunas verdades:
Es peligroso ir tras una pantera , 
sin conocer el riesgo.
Amamantan a sus crías, dulcemente,
más si quieres seducir a un ejemplar majestuoso
debes dar la talla.
Confieso , 
te creí una cría y bebiste leche
de mis pechos tibios,
te cubrí del frío,
más  fui presa de la ternura de tus ojos. 
Escaso de mientes, 
la seducción fue breve.
Abusaste de una pantera,
de pasos elásticos, 
sabes bien 
un zarpazo  arranco ojos, brazos.
Te lanzo con toda mi fuerza al fondo del mar.
Adiós, gato, poeta mío.
Arranco de esta piel tu olor,
los besos de  esa boca pulposa
Y grito,  al arrojarte lejos.
Aúllo, adolorida  de perderte por siempre.
Vara en otras playas,  piérdete en los follajes.
No pretendas nunca engañar a una pantera.
Paso a paso , a cuestas un bulto.
Alcanzo el barranco.
Es la hora, rujo al silencio.
El mar es bravo y el dolor debilita pero 
sin más , arrojo el bulto ,
trenzado de lágrimas y noches insomnes.
Es tan pesada mi carga, que temo caer .
No te confíes amor, no te confíes.
Te amé como a un niño frágil,
yo, pantera soberbia  amé a un felino menor.
Caí mansa en tu trampa.
Protegí tus manos, tus huesos finos,
besé las venas de tu piel oscura ,
tus ojos opacos. 
No más.
Te veo a lo lejos , un punto negro entre la espuma .
Te fuiste , ya por siempre.
Arranqué de esta piel madura tus labios pulposos.
La pesadumbre de mi alma.

En otra playa, alguien te encontrará.
Espero ,  el valor te acompañe la próxima vez.

Ganaste la partida,

poeta mío.
Tú ,  niño indefenso,
el que ama los silencios,
y se esconde tras las fábulas,
venciste a la pantera más brava.
Conmoviste mi alma pétrea,
eras frágil como el viento,
misterioso , y dulce.
Felino menor lograste el amor furibundo
de una pantera de piel perfumada.
Como tal, rugí y clamé,
susurré a tu oído,
palabras de amor,
versos encendidos,
Nada fue suficiente
Tus temores  paralizaron,
congelaron emociones  
temías  el ardor de mi pasión.
No diste la talla.
En fin,
ganaste.
Se acabó el juego.
La  lección aprendida:
No ames nunca a un felino menor.
No conocen de arrojo ni valor.
El amor de una pantera es para valientes.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Acepto.
Ganaste la partida.
Nadie tatuó mi piel  con sangre,
como  tú, mi ángel caído.
Después de ti, una opaca soledad trajinará mis días.
Desafiaré a las leyes del tiempo, 
a volver a la fuente  de  la juventud perdida.
Borraré las manchas oscuras bajo mis ojos,
las arrugas marcadas por  viejos amores.
Entonces, seré el sol alumbrando  de tu vida.
El pan que alimente tu soledad.
Conozco tus carencias, tus silencios,
la tristeza tiznada en tu piel.
Ven a mí, una vez más, sin condiciones,
con la verdad en tus palmas,
sin pedir  nada y te daré 
el amor que tus ojos claman,
el cariño de una amiga leal.
Es cuestión de valor.
Atrévete.