Hacia donden corren mis patas largas de yegua,
las trinches enmarañanas?
Huyen de un miedo ancestral,
nacido el mismo día que yo,
conocido y aterrador.
Escapan de las pocas ganas de ser y estar
en este lugar pálido, insaboro, incoloro, insano.
Ahora me envían a dormir.
Cómo descansar ,
cuando el orbe cae sobre mi cuello fino
de cisne y lo aplastará hasta reducirlo a
astillas?
Yo, sin poder hacer nada,
sin llorar siquiera,
el grito que arde
en mi garganta.
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