Alicia transpira, toma agua de piña y nada le quita el calor que la abrasa. Que no le permite pensar menos soñar.
Se ha percatado que no tiene contacto alguno con fb, con sus amigas. Solo con Javi, con quien tuve una tierna conversación de primos.
Mejor, nada bueno encontré en esa red terrible. Solo vividores, amantes virtuales que me abandonaron y sinvergüenzas de toda laya, el peor, mi editor Maz.

Ahora ya me atrevo a decir, a gritar, a grandes voces denunciar que ese desgraciado se aprovechó de mi ingenuidad, mi poca experiencia y mi  trastorno bipolar para lucrar con mi libro.
Estoy feliz porque Cimarrona me ha abierto puertas y me he regalado muchas satisfacciones, a pesar de estar segura de que se publicó en Azángaro , no en México.
Los dicen las erratas que saltan a la vista, la poca calidad del papel, en fin.
Rezo para que cumpla con mi segundo libro.
Si no lo hace, mejor.
Tendré motivos poderosos para no verlo más.
En estos momentos, busco en mis documentos , entre mis archivos, la carta compromiso que él me envió. Debe estar en mis documentos y si no está me la inventaré. Cruzada de manos, no quedaré nunca. A la lucha mi Cimarrona.