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domingo, 2 de marzo de 2014

Capítulo 1.2 El infierno .-

Esa ganas de huir de la realidad , es , muchas veces, autodestructiva. Cuando superes  esa etapa,  conversaremos como dos amigos. Antes no entenderías nada. 
Y no lo hagas por favor. No bajes al infierno por favor, esos recovecos repulsivos y oscuros son el verdadero infierno en la tierra. Ya no le temo al infierno después de la muerte, sí temo al horror de los demonios que aparecen cuando estás sola y el corazón a punto de reventar. Eso no es nada, comparado  con la madrugada cuando ya no hay dinero para internarte en el mismo averno, puedes entonces ser capaz de cualquier cosa para obtener un poco de mal veneno.
Siempre fui terriblemente impulsiva, caprichosa, y lo que mi familia llamaba rara. Tenía una sola amiga verdadera y fue con ella que pude realmente pasar los terribles años del colegio. Sin su ayuda, sin esa amistad incondicional, nada habría logrado, aparte de morir de ataques de risa en cada clase.
Si existe algo que une a las personas es el sentido del humor. Y Carla y yo hablábamos en el mismo idioma, reíamos , comíamos y no entiendo cómo pudimos pasar. Bueno, sí lo sé. Ella estudiaba, yo que era incapaz de concentrarme en cualquier clase pues no me interesaba en lo absoluto , me copiaba.  Si algo me interesa , no paro hasta lograrlo, pues para tesón y disciplinada nadie como yo.
No me pidan que atienda ,menos que entienda algo que no es de mi absoluto interés. Mis pasiones están dirigidas hacia temas más carnales,  esotéricos y de orden cómico , cuando no sobre comida.´
Si he querido matarme muchas veces con real intención, pero no fue.
Ahora no me pregunten pues tengo lo que siempre he buscado, un marido al que amo, paz, mi siquiatra y la visita de mi hijo. La ausencia de mi nieta la suplanto con historias imaginarias que Leoncio me sabe seguir muy bien.
Otra vez, viene a mi alma la palabra soledad. Y es que es como una mancha de nacimiento que creo que tenemos todos los escritores.
Para combatir la soledad invento historias que yo misma me cuento y me dan unos ataques de risa , a veces . Otros , no son tan felices y esas historias tienen un cariz agresivo.

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