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lunes, 3 de marzo de 2014

5.1


Ella era larga y distinguida como su nombre , Irene. 
Y bella como la luna llena ,siendo rubia como el trigo 
Nunca   fue consiente de su especial hermosura casi perfecta en una mujer,  en casi ningún ser humano pues era tan sencilla como las flores del campo. Irene era la única hija mujer de una gran familia de 9 hermanos , todos varones. Y doy fe pues gozé de su amistad desde la infancia , de su encantador sentido del humor. A pesar de ser la primera hija, ella necesitaba una hermana . Y esa era yo por la temporada de verano. Irene lucía como una reina de belleza en su ropa de baño entera , siempre discreta ,mientras que yo sufría por ocultar mi barriga en otra de horrible echura.
Recuerdo que su familia era de la alta aristocracia, sin embargo nunca conocí personas de alma más pura que ellos. Su padre se convertía en mi padre el tiempo que yo pasaba con ellos en su gran casa de playa. Nos enseñaba lo poco que aún recuerdo de etiqueta y por las noches siempre recibían amigos. Era nuestra prueba de  fuego porque nosotros eramos las responsables de atender a los invitados, pasar bocaditos y luego escondernos en un rincón a reirnos de algún invitado peculiar. Por las mañanas , su madre nos llevaba a recorrer a paso vivo la playa para mantener la forma. Irene no lo necesitaba , pero yo volvía a casa con varios kilos de menos. En aquellas reuniones ya más grandes, invitaban al enamorado de Rosalie y a un chico cultísimo  para mí. Yo me enteré muy tarde que era uno de los muchachos más ricos del Perú y cuando crecí fue quien me ayudó siempre con auspicios para mis  eventos. La convivencia con tanta gente me enseñó que quien nace con clase y está acostumbrado a lo mejor, no necesita ir mostrándolo al público como un papagayo o nuevo rico , también aprendí de la mamá de Irene, el término " es la típica huachafa "que nos hizo mucha gracia a ambas amigas. 
Ha pasado el tiempo e Irene se casó con un muchacho tan perfecto como ella. Tuvo su primer embarazo y a los días usaba su ropa de siempre . Yo le decía Remedios la bella , como el personaje de García Márquez pues no era en lo absoluto consiente de su poder de seducción. Irene tuvo en total dos niñas y un matrimonio feliz.
El golpe irreparable que sufrió ella fue la pérdida de su esposo cuando él, 10  años mayor,  pero jóven murió de una enfermedad incurable.
Han pasado casi 20 años. Irene sigue tan linda y fina como siempre. Trabaja en arte pero nunca más pudo enamorarse nuevamente. Hace poco la encontré en una foto de una revista social acompañada de  un hombre.
Espero que esa relación prospere y ella pueda volver a s yer tan feliz   como lo soy yo, habiéndome yo tan  mal y ella siempre correcto, como es propio de una señora educada.

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