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lunes, 3 de marzo de 2014


4.4-

Alicia era una chica inteligente, con dos carreras a cuestas y dos hijos criados entre las aulas universitarias.
Ninguno de ellos  conservaban  nítidos  los recuerdos de la infancia pues se acostumbraron al ritmo acelerado de Alicia. Ni bien alumbró al segundo hijo le pidió el divorcio al padre de los niños pues era un hombro callado y serio.
  Después descubrirían que por sus venas corría la pasión que luego lo haría rico: las armas. El no conversaba ni reía  mucho y tampoco estaba en casa. El marido hizo lo que pudo para reconquistar a Alicia, pero esta solo soñaba. Se fueron de viaje y ella odió Miami con todas sus fuerzas. Su mente estaba en otra cosa. Quería seguir haciendo  ballet y estudiar en San Marcos. Una vez que obtuvo el divorcio sintió que su vida recién se iniciaba. Entró a trabajar a una universidad nacional con sindicato y todo  , lo que era ya para Alicia un regalo envuelto en papel platina.
Ella vivia en San Isidro y se vestía como una ejecutiva con la ropa que su hermana le regalaba. Era la distinta de la comunidad universitaria, la pituquita. Dado su carácter amable hizo amistades fácilmente entre los científicos de la universidad y en especial con el rector, un hombre mayor quien descubrió en Alicia el talento para la literatura. El mismo rector la ayudó para hacer el traslado de la universidad privada a la amada San Marcos, donde estaba segura encontraría a aquellos genios literarios que tanto admiraba.

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