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lunes, 6 de enero de 2014

Despierto de un  sueño profundo,
un ensueño que dejó un mal sabor en mis labios.
Una sensación animal de disgusto,
La imperiosa  necesidad de borrar toda huella
de mi cuerpo,
como si me hubieras mancillado para siempre.
Es espuma de rabia lo que escupo al hablar.
El olvido es grato en este caso.
Toma el dinero.
Vete.

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